abril 22, 2014

¿Quién es verdaderamente grande?

"Ahora, en estos días, se ha quedado inmóvil y sin aliento. Se ha despedido de nosotros, para como en los tiempos de Macondo, levitar su ascendencia al cielo, donde le corresponde estar, de manera imperecedera, por los siglos de los siglos, por ser un Gigante de América".  - Leonel Fernández en su artículo sobre García Márquez.

No es posible asegurarle la entrada al cielo a nadie por más poeta, cantor, cuentista y hasta defensor de causas nobles en esta tierra. Los parámetros para entrar al Reino de Dios no son dictados por el criterio humano, sino establecidos inequívocamente por el Señor.


¡Dios no mide los hombres como lo hacemos nosotros! La definición de grandeza para El no es la lúgubre y débil opinión de seres caídos, fácilmente impresionables por las virtudes de algunos que viven en un mundo donde el tuerto es bienaventurado. ¡No!

 A Dios no le impresionan nuestras habilidades para procurarnos bienestar material, Dios no se maravilla de la belleza poética, de la capacidad creativa en los géneros literarios, de las causas sociales que abrazamos. ¡Nada de esto impresiona al Señor! aunque a nosotros nos deslumbren.

¿Saben de lo que sí se hubiera agradado Dios? Si la pluma del Gabo hubiese escrito acerca de su Hijo. Si la Gloria del Redentor y su mensaje hubiese sido su pasión. Que su corazón humillado bajo la poderosa mano de Dios, fuera estimulado con las verdades espirituales y sus dones puestos al servicio del Creador. Esto amigos, es de lo que Dios se agrada, lo demás son valoraciones humanas carentes de peso en asuntos de salvación .

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