abril 22, 2014

¿Quién es verdaderamente santo?

El próximo domingo 27 de abril 2014, el papa Francisco elevará a los altares católicos a los fallecidos papas, Juan Pablo II y Juan XXIII. Los declarará santos por decreto, y la oración a Dios por medio de estos hombres quedará autorizada y legitimada entre los fieles romanos. 

¡Qué espectáculo religioso más deprimente! Intentar por un decreto humano hacer lo que es prerrogativa divina, es sencillamente ir contra la misma razón y el testimonio de La Biblia.
Las Escrituras expresan que un ser humano es santo por el acto divino de la justificación por la fe en Jesucristo en el acto de la conversión. ¡Dios no les exige nada más! No les pide que hagan milagros, no los somete a ceremoniales vanos e inútiles. Él sólo les imputa la justicia de su Hijo y los declara santos delante de Él.

¡Qué ironía! Mientras estos papas debieron esperar ser escrutados por los hombres (si tal proceder fuese válido) para ser llamados santos, miles de personas son recibidas diariamente como tales por Aquel cuya vara de medir la santidad es perfecta.


Por otro lado, algunos me dirán que estos hombres elevados al grado de santos, poseen esa condición en un grado mayor que los demás creyentes y en ese sentido merecen ser venerados y usados como medios para llegar al Padre. Si esto fuera así (hipotético absurdo), la Biblia responde dando testimonio de que mientras más usado por Dios era un hombre, menos honores y distinciones humanas buscaba. Aún más, rechazaba todo intento que los exaltase más de su condición de siervos de Dios. El siguiente eje. ilustra lo que acabo de señalar; en Hechos capítulo 14 versos 11-15 la Biblia dice:

"Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra.
 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.
Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay".

¿Se dieron cuenta? Los apóstoles rechazaron con fuerza la veneración que se les intentaba hacer. Ellos estaban muy claros de que sólo Dios es digno de ser adorado, y exaltado por sus criaturas. Adorar a las criaturas antes que al Creador es una práctica de los hombres impíos: Romanos 1:23 " y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible". También dice Dios en el verso  25 "ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.''

Como puede verse no hay manera de justificar la idolatría que Roma está practicando con la cual está hundiendo en las tinieblas a millones que siguen sin cuestionar la veracidad bíblica
de tales enseñanzas.


En conclusión, ser santo no es una condición que pueda ser dada por ningún hombre bajo el cielo, ya que es un don de Dios a todos los creyentes.

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