¡Si tan sólo hubiese conocido a Jesucristo!

Brittany Maynard

¡Si tan sólo hubiese conocido a  Jesucristo!

“Adiós a todos mis queridos amigos y familiares a los que quiero. Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad, afrontando mi enfermedad terminal, este terrible cáncer en el cerebro que me ha quitado tanto… pero me habría quitado mucho más”,  “El mundo es un lugar hermoso, viajar ha sido mi mejor maestro, mis amigos más cercanos y mi familia han sido muy generosos. Incluso tengo un círculo de apoyo alrededor de mi cama mientras escribo… Adiós mundo”.  - Brittany Maynard.

Estas fueron las palabras con las que Brittany Maynard, una joven norteamericana diagnosticada con cáncer cerebral se despidió del mundo quitándose la vida el pasado domingo 1ero de noviembre de
2014.

Sus argumentos para tomar tal decisión estaban basados en que su muerte era inevitable ya que los médicos le dieron seis meses de vida debido a la agresividad del tumor. Además razonaba la joven mujer, el proceso para prolongar su vida por unos cuantos meses mediante quimio y radioterapia, seria doloroso para ella y su familia por lo cual era preferible poner fin a su vida de una manera digna.

Lo primero que este suceso nos enseña  es la peligrosidad del mundo en que vivimos. Cientos de millones de personas mueren cada año por distintas enfermedades a pesar del avance científico que la humanidad ha logrado. No importa la edad, condición social, económica o el país de origen. En el caso de esta joven como el de muchos más, las mentes más elevadas del conocimiento humano se declararon impotentes. No podían hacer nada por ella.

Veamos en segundo lugar, cuan terrible es la incredulidad del ser humano. Esta joven sabe con certeza que va a morir y aun así procede de espaldas a su Creador.  El video colgado en Youtube, donde anunciaba su muerte, recibió cerca de nueve millones de visitas y otros millones más a través de los medios de comunicación y las redes sociales. No fueron pocas las personas que enviaban mensajes y comentarios acerca de buscar al Señor y confiarle su vida a Jesús pero de nada valió.

Brittany decidió pasar sus últimos días viajando con sus  seres queridos hasta esperar el día que por decisión propia partiría de este mundo. No hubo espacio en su corazón para el Dador de la vida. Brittany partió a la eternidad sin esperanza ni promesas. Satisfecha con contemplar la hermosura del mundo, pero renuente a conocer al Creador y Salvador del mismo. ¡Si tan sólo hubiese conocido a Jesús de Nazaret!

Por último, este caso nos enseña que, cuando se trata de Dios, los seres humanos prefieren estimar los regalos mucho más que a la Persona que lo otorga. Brittany tuvo palabras de elogio y admiración para sus amigos y seres queridos, e incluso para la naturaleza, pero no para Dios quien fue el dador de esas cosas para su vida.

Con razón escribió el apóstol Pablo diciendo: “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al  Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” (Romanos 1:26)

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro,  el cual será amplio en perdonar.” (Isaías 55:7-8)